20. LA ERA DE LOS CENTAURONES: CRÓNICAS (ii)
En el libro de las Crónicas, Capitulo 389 Año 99 de la Era de los Centaurones (ECe), aparece lo siguiente:

1 Cetatrato del Norte, centaurón noble y educado, dijo que muchos querían comunicarse con los creadores de nuestra especie los cuales se fueron para Centauro y nunca más se ha sabido de ellos por lo que había que hacer algún monumento que si se viera desde arriba por aquellos no tuvieran duda de quienes eran los que lo hicieron.
3 La idea tuvo mucho apoyo en la Asamblea Global de los Centaurones Unidos.
3 Peronistro del sur, quien había enseñado a los humanos sólidos a construir calzadas para cruzar pantanos y ríos propuso levantar piedras gigantescas talladas, una sobre las otras. Estas tenían que ser de tal tamaño que fuera evidente que no era obra de ninguna otra especie del planeta.
4 Para la primavera del año 381 ECe comenzaron los trabajos en una isla grande al norte del gran maciso terrestre del este, poco habitada por humanos sólidos y muy visible desde arriba gran parte del año.
5 Se reunieron para tal acción un millón trescientos mil centaurones que pidieron participar de las obras. Una pequeña parte de ellos, aproximadamente cien mil se dedicaron a escoger y trabajar las piedras más adecuadas, a las que se les dió forma mediante el soplado de arena.
6 Una máquina de soplado podía estar formada por quinientos o más centaurones que tomaban aire común y mediante la compresión y expansión lo soplaban con fuerza hacia el lugar que querían cortar o pulir en las piedras. La arena era sostenida inicialmente por otro equipo de centaurones a la altura necesaria a la vez que se suministraba ininterrumpidamente por medio del flujo de aire a una velocidad y presión enorme.
7 Para la transportación desde las canteras escogidas hasta la llanura donde se decidió hacer el monumento trescientos mil de los nuestros hicieron de colchones de aire para suspender las piedras, mientras que otros soplaban empujando en la dirección hacia donde se iba a construir el monumento.
8 Cada vez que las piedras llegaban al límite el colchón de aire se extendía hacia adelante, de esta manera si algún humano sólido vio la operación pareciera que las piedras volaban por el aire porque nosotros somos invisibles a sus ojos.
9. La idea de usar la bioenergía gaseosa a gran escala fue de Ronarusretrapo y se basaba en las habilidades primarias ya descubiertas por nuestra comunidad gaseosa en el año uno de la ECe. Estás consistían en la concentración del flujo de aire de un grupo de centaurones de manera que la suma de la fuerza pudiera levantar o mover un peso cuyo límite estaba determinado por la cantidad de miembros del grupo a los que llamábamos sopladores.
10 En los años antes de decidirnos a realizar nuestra primera proeza fue un deporte para nosotros y hasta hubo una competencia planetaria de sopladores que fue ganada por un grupo del sur del gran macizo terrestre del oeste. Luego fueron abandonadas para no asustar a los seres humanos sólidos si lograban ver aquellas piedras en el aire.
11 Realmente la habilidad de soplar es innata en nosotros los centaurones porque nuestro mecanismo de locomoción simplemente consiste en tomar aire en la parte hacia adonde avanzamos y expulsarlo hacia atrás. Nuestro mecanismo fisiológico permite distinguir entre el aire y nuestra estructura anatómica sin mezclarse ambos debido a diferencias de cargas energéticas.
12 Se acordó que el grupo de piedras formarían una especie de conjunto escultórico que se pareciera a la forma de reunirnos que ellos nos habían enseñado al formar los grupos para las reuniones comunitarias. De esa manera cubriríamos cualquier duda de que somos nosotros los constructores de conjuntos megalíticos.
Algunos años después se vuelve a mencionar el conjunto escultórico que los centaurones crearon:
Crónicas Capítulo 1989 Año 150 ECe Ver. 1 y 2
1 El Gran Comisionado envió una comitiva a una isla del norte del gran macizo terrestre del este para observar cómo se encontraba el conjunto escultórico creado para llamar la atención de los seres sólidos centáuricos, nuestros creadores.
2 Carrateuspo, secretario de la comitiva, informó al Comisionado que en la cercanía se había instalado una tribu de humanos sólidos que al no comprender como se había creado aquella obra habían comenzado a hacer sacrificios, primero de machos cabríos pero que cuando una enfermedad estaba diezmando su población llegaron a sacrificar niños a los dioses.
Después por muchos años no se mencionó más dicho monumento hasta el capítulo 134523100004326543, versículo 16 que dice:
…y de la misma manera que los humanos sólidos fueron creando nombres para todas las cosas descubiertas o desconocidas al conjunto de la isla del macizo del este le pusieron por nombre Stonehenge en una lengua local.
Algunos capítulos más adelante las crónicas se refieren al carácter turístico que las visitas de los humanos sólidos hacen al famoso sitio.