15. LA ERA DE ELOS CENTAURONES: DE CÓMO ENCONTRÉ A LUZ CELESTE

17.04.2025

Yo no llegué hasta los centaurones a través de la Ufología ni por ninguna otra ciencia como le sucedió a Juan Ping y Andrés, tampoco puedo considerarme un científico de este campo. Yo lo encontré todo hecho y a lo sumo puedo considerarme un divulgador del tema, quizás el mejor teniendo en cuenta que Luz me ha entregado todos los privilegios para entrar y buscar toda la información que dejaron a Andrés y ella esas noches que estuvieron con ellos en su fiesta de amor. Es bueno que sepas que no tuve el poder de entrar en ese banco de información hasta hace poco, pues este fue el secreto mejor guardado de Luz Celeste por casi diez años.

Volví a ver a Luz apenas tres días después de que secuestraron a Andrés, es decir en la misma semana del contacto con los seres gaseosos, cuando dejaron toda la información. Al viajar de Guantánamo a España la madre me dió una encomienda para que se la llevara a su hija.

Traté de hacer contacto por teléfono pero el número que me dió no respondía. Quería conocer Oviedo y me dije que iría a esa ciudad y trataría de encontrarme con ella. No fue nada fácil llegar pues había desactivado el celular cuando recibió una grave amenaza, que todavía no sabemos por qué y de quienes, pero nos lo imaginamos. Pagué a un detective particular que logró recopilar información con sólo darle el número y llegó hasta ella. Sabiendo que venía con noticias de su mamá aceptó el encuentro.

Durante tres noches en el piso de Andrés los centaurones estuvieron dejando información en la laptop. Por el día no actuaban así que durante cada noche Andrés y Luz solamente se dedicaron a hacer el amor y mirar a través de la ranura que dejaban con la puerta del cuarto sin cerrar totalmente. El cuarto día los centaurones no hicieron nada y ellos tampoco hicieron el amor pues estaban pendientes de lo que sucediera.

Cómo a las dos de la mañana la puerta principal que también se podía ver desde el cuarto se abrió bruscamente y entraron dos sujetos con máscaras, vestidos de negro. Eran fuertes y corpulentos. Nuestra pareja de tortolitos se sintió muy asustada, pero hablaron en susurro:

-Me buscan a mí. Ellos no saben de tu existencia. Si me secuestran, salva tú la información que han dejado esos seres.

-Pero ¿Por qué?

-No te preocupes, no tenemos tiempo. Quédate aquí, yo saldré. Tienes que salvar este descubrimiento. Lleva para otro lugar todo y proteje todo lo que nos han dejado. No llames a la policía nunca, menos al gobierno. Encontrarás dinero en efectivo y en una pequeña libreta está anotado dónde y como encontrarás más. Cuida todo el patrimonio que hayan tecleado esos seres. Cuídate mucho. Tengo que irme. Te amo.

Efectivamente, una vez que Andrés fue para la sala lo tomaron, salieron con él y enseguida se sintió el fuerte ruido de un carro que salía a alta velocidad.